Cultura (audio)visual y espacios públicos: (re)inventando la Ciudad | Marie-Caroline Leroux,
Gloria Zarza Rondón
et Estíbaliz Pérez Asperilla (dir.)

Parte II: Intervenciones artísticas en el espacio público

HidroARTE: en busca del agua perdida de Tenochtitlán HidroARTE : à la recherche de l’eau perdue de Tenochtitlan - HidroARTE: in search of the lost water of Tenochtitlan

Marie-Pierre Ramouche 

https://doi.org/10.25965/ebooks.1009

p. 171-182

Entre 2013 y 2019, la SACMEX (Sistema de Aguas de la Ciudad de México) en colaboración con el gobierno de la ciudad de México convocó hidroARTE, un concurso de cultura del agua y arte urbano cuyo objetivo era fomentar el ahorro del agua y el cuidado ambiental de la cuenca del valle de México a través del arte urbano. Analizando algunos de los murales de este concurso, nos proponemos estudiar cómo los artistas que participaron en hidroARTE procuraron rescatar y reinventar la relación entre la ciudad de México y el agua que antaño definía esa antigua ciudad lacustre. Esta reflexión nos llevará a interrogarnos sobre la capacidad y los límites del arte urbano para redefinir las relaciones de los habitantes con ciertos espacios de su ciudad así como su propio papel de ciudadano responsable en una polis cuyos recursos en agua escasean.

Entre 2013 et 2019, SACMEX (Sistema de Aguas de la Ciudad de México), en collaboration avec le gouvernement de la ville de Mexico, organisa hidroARTE, un concours d’art urbain et de culture de l’eau dont l’objectif était de promouvoir l’économie d'eau et la protection de l'environnement dans le bassin de la vallée de Mexico par le biais de l’art urbain. En analysant certaines des peintures murales réalisées dans le cadre de ce concours, nous nous proposons d’étudier comment les artistes qui ont participé à hidroARTE ont cherché à récupérer et à réinventer la relation entre Mexico et l’eau qui définissait autrefois cette ancienne ville lacustre. Cette réflexion nous amènera à nous interroger sur la capacité et les limites de l’art urbain pour redéfinir la relation des habitants avec certains espaces de leur ville ainsi que leur propre rôle en tant que citoyens responsables dans une polis dont les ressources en eau sont rares.

Between 2013 and 2019, in collaboration with the government of Mexico City, SACMEX (Sistema de Aguas de la Ciudad de México) organized hidroARTE, a water culture and urban art contest whose objective was to promote water saving and environmental care of the Mexico Valley basin through urban art. By analyzing some of the murals of this contest, we propose to study how the artists who participated in hidroARTE tried to rescue and reinvent the relationship between Mexico City and the water that once defined this ancient lake city. This reflection will lead us to question the capacity and limits of urban art to redefine the relationship of the inhabitants with certain spaces in their city as well as their own role as responsible citizens in a polis whose water resources are scarce.

Sommaire

Texte

Introducción

Cuando Hernán Cortés y sus hombres vieron por primera vez Tenochtitlán, la capital del imperio azteca, quedaron maravillados por la portentosa imagen de esta ciudad flotante en medio del lago Texcoco, en cuyo centro se erigía el inmenso templo mayor en honor a Tláloc, dios de la lluvia.

¿Qué queda, 500 años después, de la presencia del agua en esta antigua ciudad lacustre? Tras años de modificar el ciclo hidrológico natural, entubar ríos, modificar cauces, desecar tierras, la ciudad de México, que se convirtió en una de las megalópolis más pobladas y contaminadas del planeta, tiene graves problemas de abastecimiento del agua. Entre 2013 y 2019, la SACMEX (Sistema de Aguas de la Ciudad de México) en colaboración con el gobierno de la ciudad de México convocó hidroARTE, un concurso de cultura del agua y arte urbano cuyo objetivo era fomentar el ahorro del agua y el cuidado ambiental de la cuenca del valle de México a través del arte urbano.

Analizando algunos de los murales de este concurso, nos proponemos estudiar cómo los artistas que participaron en hidroARTE procuraron rescatar y reinventar la relación entre la ciudad de México y el agua que antaño la definía. Esta reflexión nos llevará a interrogarnos sobre la capacidad y los límites del arte urbano para redefinir las relaciones de los habitantes con ciertos espacios de su ciudad así como su propio papel de ciudadano responsable en una polis cuyos recursos en agua escasean.

Breve historia hidrológica de la ciudad de México

Note de bas de page 1 :

Jorge Legorreta, El agua y la ciudad de México: de Tenochtitlán a la megalópolis del siglo XXI. México: Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, 2006.

En su libro El agua y la ciudad de México: de Tenochtitlán a la megalópolis del siglo XXI1, Jorge Legorreta explica que la cuenca de México, situada en el centro del país, es una cuenca endorreica, o sea una cuenca que no tiene salida al mar. Por consiguiente, los 48 ríos que bajan de las elevadas sierras, montañas, volcanes que rodean esa cuenca formaron zonas lacustres, como el lago de Texcoco, en medio del cual estaba construida la ciudad azteca de Tenochtitlán. Legorreta añade que es una zona donde llueve, o llovía, mucho (la mitad del año, de mayo a octubre) y que, por lo tanto, la profusión de recursos hídricos la hicieron propicia para una gran concentración de población (contaba con aproximadamente un millón de habitantes en el siglo XVI). Sin embargo, esa abundancia de agua también conllevaba algunos aspectos menos ventajosos. Primero, cabe especificar que el agua del lago, en su gran mayoría, no era potable, por lo que los ingenieros mexicas tuvieron que construir un gran acueducto para abastecer de agua dulce a la creciente población. Segundo, las inundaciones ocurrían con frecuencia. La respuesta mexica a estos problemas fue la edificación de un gran dique, el albarradón de Nezahualcóyotl, con esclusas para vaciar las aguas si el nivel se volvía peligroso, dique que tenía también como función separar las aguas salobres de las dulces.

Note de bas de page 2 :

El agua de lluvia, la de los 48 ríos y de una docena de manantiales se envían casi en su totalidad a los drenajes de la ciudad. El agua de los ríos, manantiales y de algunas presas se ha marginado como fuente de abastecimiento. Parte del agua potable que se consume en la ciudad de México debe ser importada de las cuencas del Balsas y de Lerma (Jorge Legorreta, Ibid., p. 248).

Como lo podemos ver, los mexicas intentaron adaptarse al agua, cohabitar con el agua a la que veneraban. Después de la conquista, los españoles no siguieron aquel sistema de adaptación para gestionar los recursos hídricos de la capital azteca, sino que decidieron domar el agua y hacerla desaparecer. En efecto, la gran obsesión española, desde la época colonial, fue drenar el agua del lago y de los ríos que llegan hasta a la ciudad entubándola, mediante gigantescas canalizaciones que desembocan en el mar. Pero esta estrategia no dio sus frutos: las inundaciones continuaron, el drenaje provocó el hundimiento de la ciudad (hasta 9 m en algunos puntos). Por añadidura, al entubar los ríos que llegan a la ciudad, se dejó de aprovechar el agua potable que traían2.

Note de bas de page 3 :

Teresa de Miguel, «La obra que amenaza Xochimilco, el último humedal de la Ciudad de México» [en línea]. El País, 15/07/20. [Consulta: 26-01-2024]. Disponible en <https://elpais.com/mexico/2020-07-15/la-obra-que-amenaza-xochimilco-el-ultimo-humedal-de-ciudad-de-mexico.html#?rel=mas>.

Lo que queda de este pasado lacustre es la zona muy turística del humedal de Xochimilco, Patrimonio de la Humanidad, sobre el cual cuelga una espada de Damocles por la continua expansión de la megalópolis de México3, que por otra parte sigue importando cada vez más agua de otras cuencas lejanas, causando obviamente otros problemas ecológicos en las zonas donde se extrae esa agua.

Otras soluciones, como el plan Texcoco, en 1965, proponían una rehidratación de áreas aún baldías del viejo lago, aspiraban a volver a algo un tanto parecido al equilibrio lacustre del siglo XV, pero esos proyectos fueron descartados a favor del drenaje.

En conclusión de su obra publicada en 2006, Jorge Legorreta declaraba:

Note de bas de page 4 :

Jorge Legorreta, Op. cit., p. 251.

Urge, una profunda evaluación de las actuales políticas hidráulicas con el propósito de incorporar en ellas la necesidad de restaurar, proteger y utilizar los recursos hídricos existentes en la cuenca, hoy muchos de ellos desperdiciados. Y de tal manera que empecemos nuevamente a recuperar la armonía entre el hombre urbano y la naturaleza que lo rodea, uno de los principios básicos que fundamentó la cultura de nuestros antepasados4.

Note de bas de page 5 :

Georgina Zerega, «La falta de agua castiga a México» [en línea]. El País, 25/03/23. [Consulta: 26-01-2024]. Disponible en <https://elpais.com/mexico/2023-03-25/la-falta-de-agua-castiga-a-mexico.html>.

Note de bas de page 6 :

UNAM Global, La ciudad de México podría tener una grave crisis de agua a corto plazo [vídeo]. 22/03/18. [Consulta: 26-01-2024]. Disponible en <https://www.youtube.com/watch?v=ekJTTWka-Ms&list=PLXXVnDkkSFjPGOreJ1lUaoZyGEaAlcUhi&index=3>.

Hoy en día, hay una clara toma de conciencia acerca del problema de escasez de agua que tiene la ciudad de México, cuyos acuíferos se están vaciando. La historia de la gestión del agua que acabamos de esbozar es una parte del problema, pero no la única responsable de la situación actual; también lo son, obviamente, la explosión demográfica que ha conocido la ciudad desde el siglo XX, la contaminación, y los efectos del cambio climático. En 2023, debido a la crisis climática, un tremendo episodio de sequía afectaba el 80 % del país, incluida la capital del Estado5. Los reclamos de Jorge Legorreta siguen siendo actuales, los científicos siguen insistiendo en que una parte de la solución es renaturalizar el territorio, restaurar los ríos, los humedales y los lagos. Eso permitiría tanto la infiltración del agua y el relleno de los acuíferos, como detener las inundaciones6.

Otro aspecto importante para luchar contra esta crisis del agua, es la necesidad de sensibilizar y concienciar a la población, crear lo que se llama «una cultura del agua», o más bien «una nueva cultura del agua».

Note de bas de page 7 :

UNESCO México, Webinar cultura del agua. Cultura del agua: ¿Y México? [vídeo]. 29/03/22. [Consulta: 26-01-2024]. Disponible en <https://www.facebook.com/watch/live/?ref=watch_permalink&v=462750212271631>.

Note de bas de page 8 :

Ibid.

¿Qué es una cultura del agua? Según Dorian Rommens, de Sectores de Ciencias Humanas y Sociales y de Ciencias Naturales de la UNESCO, «la cultura del agua implica un conjunto de saberes, experiencias, valores, actitudes y memorias sociales en torno al agua. Es dinámica y se puede transformar»7. Por eso, desde hace unos cuantos años, las instancias gubernamentales de varios países ponen en marcha campañas de sensibilización y de educación con el fin de impulsar una nueva cultura del agua, capaz de cambiar actitudes, percepciones y conductas. Al lado de las imprescindibles reformas estructurales, se trata de otorgarle el valor que se merece al agua, de crear, como lo afirma Javier Taks, coordinador de la Cátedra UNESCO de agua y cultura, «una nueva narrativa de nuestras sociedades en que el agua sea central». «Todos formamos parte de una cultura del agua», añade, pero el problema es que «no somos conscientes de ello»8.

Esa nueva cultura del agua se está fomentando en México a través de una multitud de iniciativas: celebraciones en torno al día mundial del agua (el 22 de marzo), foros del agua, creación de dos museos del agua, de un premio nacional juvenil del agua, etc. Sin embargo, es de lamentar que esta impulsión de la cultura del agua no vaya acompañada, en el caso concreto de la ciudad de México, de las indispensables reformas estructurales que incumben a las autoridades y recaiga únicamente en el ciudadano el ser agente de cambio. El caso del humedal de Xochilmico mencionado anteriormente es revelador de esta falta de acción pública.

Note de bas de page 9 :

La SACMEX «tiene por objetivo, con base en el Decreto por el cual se creó, prestar los servicios públicos de suministro de agua potable, drenaje, alcantarillado, tratamiento de aguas residuales y reutilización. Operar, mantener y construir la infraestructura hidráulica; explotar, usar, aprovechar las aguas, su distribución y control, así como la preservación de su cantidad y la calidad para contribuir al desarrollo integral sustentable de la Ciudad» (SACMEX. [en línea]. [Consulta: 13-04-2024]. Disponible en <https://www.sacmex.cdmx.gob.mx/organo-descentralizado/acerca-sacmex >).

Note de bas de page 10 :

Nos hemos centrado en los finalistas que aparecen en todas las ediciones, menos en la quinta, en cuya página no se incluyeron ni a los finalistas ni a los premiados. También citaremos algunos murales que no formaron parte de los finalistas pero que llamaron particularmente nuestra atención. Salvo indicación contrariara, todos los murales citados se pueden encontrar en la página siguiente [Consulta: 11-06-2024]: <https://aplicaciones.sacmex.cdmx.gob.mx/hidroarte/arteurbano/hidroArte2013/#finalistas>.

Sin dejar de lado este aprovechamiento de la cultura para el greenwashing de las autoridades municipales, nos centraremos en este estudio en una de las iniciativas relacionadas con el desarrollo de la cultura del agua. Se trata del concurso de cultura del agua y arte urbano hidroARTE lanzado por la SACMEX9, el organismo público encargado de gestionar el agua en la ciudad de México. Nuestro corpus será constituido mayoritariamente por las obras finalistas de las 6 ediciones del concurso que pueden encontrarse en la página web de hidroARTE10.

Queremos demostrar que hidroARTE es un ejemplo de cómo el arte urbano, a pesar de la recuperación política, puede contribuir a redefinir y a reinventar las relaciones entre una ciudad y sus habitantes, y luego, de manera más precisa, entre una ciudad, sus habitantes, y sus recursos hídricos.

El arte urbano y la reinvención de la ciudad

El arte urbano del que hablaremos en este análisis es el arte callejero o street art que se divide en dos ramas.

Note de bas de page 11 :

Stéphanie Lemoine, L’art urbain : du graffiti au street art. París : Gallimard, 2012.

La primera, el origen, son los tags, los blaze con los que, desde los años 1970, una multitud de jóvenes writers estadounidenses marcan su territorio y el de su crew por sus barrios, actividad las más de las veces ilegal, considerada como vandálica, y que suele generar rechazo social11.

La segunda empieza un poco más tarde, a partir de años 1980-1990 (algunos hablaron de postgrafiti) y es una práctica de arte mural que se aleja de la sencilla firma, para abarcar obras pintabas con spray, aerosol, brocha, o a base de esténcil (plantillas). Poco a poco, el street art se ha ido diversificando cada vez más, hasta incluir formas artísticas como la fotografía, la cerámica, la escultura, etc. Esta práctica del street art goza de cada vez más aceptación y reconocimiento social e institucional como lo atestiguan los cada vez más numerosos festivales de arte urbano, las galerías especializadas, los museos de arte urbano, etc. Muchos de estos artistas alternan entre actividad ilegal y legal. Ilegal porque la dimensión de contra cultura y rebeldía está en el corazón del street art, un arte que se quiere público, efímero, que aspira a retar las leyes de la ciudad y escapar a las del mercado; legal porque hay que ganarse la vida y siempre viene bien ser reconocido.

En el caso mexicano hay que añadir otra rama al árbol genealógico del street art, la del movimiento muralista mexicano, encabezado en los años 1920-1940 por Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, que marcó profundamente la historia del arte en el país y de cuyo legado volveremos a hablar más adelante.

Para no entrar en más detalles, concluiremos que dentro de este artículo, por los términos “arte urbano”, “arte callejero” o “street art” se referirá al arte mural, o a murales realizados con o sin autorización por artistas amateurs o profesionales. En el caso del concurso hidroARTE, huelga decir que se trata de un arte urbano autorizado y hasta promocionado, en el que participaron tanto artistas que nunca pintan por la calle, como artistas urbanos acostumbrados a pintar legal o ilegalmente.

Después de este preámbulo terminológico, estudiaremos ahora, a través del caso concreto de hidroARTE, las razones por las que el arte urbano contribuye a reinventar una ciudad.

Note de bas de page 12 :

Unai Fernández de Betoño, «Arte y gentrificación. La cultura como supuesto motor de la renovación urbana». En Chaves Martín, Miguel Ángel (ed.), Arquitectura, patrimonio y ciudad. Universidad Complutense de Madrid, 2007, p. 155.

Note de bas de page 13 :

Ricardo Klein, «La ciudad y el turismo. Experiencias desde la gestión del street art». Sociología: Revista da Faculdade de Letras da Universidade do Porto, 2019, p. 55-56.

Primero, destaca la plusvalía estética que aporta el arte callejero a la ciudad. Éste era uno de los principales beneficios de la convocatoria de hidroARTE: «mejorar los espacios públicos». Así lo entendió la Ciudad de México, igual que las otras numerosas ciudades en el mundo que proponen festivales de arte urbano, museos al aire libre, etc. No obstante, hay que recalcar que en muchos casos esas operaciones de revitalización de espacios públicos a través del arte urbano desembocan en procesos de gentrificación. Según Fernández de Betoño, la gentrificación «hace referencia al desplazamiento urbano que sufren los vecinos de bajo poder adquisitivo de un antiguo barrio renovado que no pueden hacer frente a la subida de los alquileres causada por dicha remodelación12». Lo que se conoce también como «el efecto Soho», hace del street art un medio de atractivo turístico, favoreciendo por ejemplo la creación de rutas del street art, dinamizando economías locales y valorizando estas expresiones artísticas13, pero muchas veces a cuesta de «una segregación espacial en forma de desplazamiento forzado o expulsión de numerosos habitantes». HidroARTE nos parece escapar a este escollo en la medida en que los 750 murales del concurso no están concentrados en un solo barrio sino que están diseminados por toda la Ciudad de México, en los edificios de la SACMEX, siendo muchos de ellos bardas que dan a carreteras de doble carril o más, contexto poco propicio a un «efecto Soho».

Note de bas de page 14 :

Cuando se trata de un arte callejero promocionado, también entra en la estrategia de creación de la marca-ciudad para atraer turistas e inversores, lo que ilustra otra vez la recuperación político-económica que afecta el street art. Fernández de Betoño subraya todo el interés político y económico que puede sacar una ciudad como Vitoria en el País Vasco, sustituyendo los grafitis de carácter contestatario o político por un recorrido muralístico de promoción institucional que posteriormente se publicita dentro de la oferta turística (Unai Fernández de Betoño, Op. cit., p.  158).

Además, como lo afirma el grafitero francés Codex Urbanus, los grandes festivales de arte urbano tienden a invitar a artistas reconocidos internacionalmente para tener más prestigio y turistas. Como consecuencia de ello se suelen encontrar a los mismos artistas en estos espacios. Lamentando esa homogeneización de la representación del arte callejero, Codex Urbanus afirma que, precisamente, el arte urbano puede contribuir a darle una identidad singular a una ciudad en un mundo globalizado. El grafitero subraya así el carácter territorial de los orígenes del street art: los tags cubren un territorio, nos dicen «éste es mi territorio y el de mi equipo»; y el street art, en su forma actual, sigue la misma lógica. Marcar su territorio es también imprescindible para ser visto y llegar a tener un nombre. Ahora bien esta «estrategia de ocupación territorial» otorga a cada ciudad un carácter artístico genuino y único14. Para Codex Urbanus:

Note de bas de page 15 :

Codex Urbanus, Pourquoi l'art est dans la rue ? Grenoble: Critères Éditions, 2018, p. 58. La traducción es nuestra.

Eso constituye una de las ventajas refrescantes del street art: en un mundo cada vez más globalizado, en que todas las calles peatonales venden los mismos productos en las mismas tiendas, donde todos los museos de arte contemporáneo del planeta enseñan de forma mayoritaria a los mismos artistas, el street art ha permitido la creación de un concepto de «Territorio Artístico», que es no sólo una oda a la diversidad sino que justifica el viaje. A los aficionados al street art les encanta descubrir escenas locales, con nombres y estilos particulares, que dan un tinte único a las calles de diferentes ciudades del mundo15.

Esto fue lo que permitió el concurso hidroARTE, en que la gran mayoría de participantes eran de la ciudad de México. Era, por cierto, el tercer beneficio avanzado en la convocatoria: «Promover el talento de artistas urbanos jóvenes de la CDMX». Esos jóvenes artistas brindaron así su sello personal al arte mural de la capital mexicana redefiniendo su rostro cultural.

Note de bas de page 16 :

«Retomando las palabras que ha utilizado Kevin Lynch en su libro La imagen de la ciudad (1960) para referirse a estas formas ampliadas de ciudadanía, las macrourbes suponen un debilitamiento de la «legibilidad» simbólica del espacio social. Este empobrecimiento semántico de la idea de «habitar una ciudad» es claramente perceptible si se observa que, en lo que se refiere a los vínculos de ciudadanía de sus habitantes, ha habido un claro desplazamiento en las mecánicas de vinculación entre los diversos niveles de adscripción comunitaria (desde los entornos inmediatos de vecindad, trabajo o educación hasta los menos cercanos como pueden serlo los medios de transporte, los espacios de ocio o los corredores turísticos). Esta situación ha sido definida por la sociología, la geografía humana y las teorías de la percepción y producción del espacio público como la «vecindad difusa» (diffuse neighborhood), la cual tiene una importante repercusión en lo que al tema de la ciudad como imagen colectiva se refiere» (Joaquín Barriendos Rodríguez, «El arte público, las ciudades-laboratorio y los imaginarios urbanos de Latinoamérica». Aisthesis, 2007, nº41. Santiago de Chile: Pontífica Universidad Católica de Chile, p.  70).

Note de bas de page 17 :

hidroARTE CDMX, Jorge E. Tellaeche en «SACMEX Parque Delta» [vídeo]. 12/03/18. [Consulta: 26-01-2024]. Disponible en <https://www.youtube.com/watch?v=ekK_OfgEHaw>.

Otra razón por la cual se puede decir que el street art contribuye a la reinvención de una ciudad es el hecho de que, de cierta manera, contribuye a hacerla más humana, sobre todo en megalópolis o macrourbes como la ciudad de México. En esos entornos tan inhumanos, por su tamaño, por su configuración, su falta de urbanismo, en esas ciudades hechas más para los coches y la publicidad que para los humanos, sin hablar de los barrios más marginados y más pobres, se empieza a hablar de «vecindad difusa»16, un concepto que hace hincapié en la falta de sentimiento de pertenencia a la ciudad y la falta de vínculo humano entre sus habitantes. Ahora bien, en esas junglas urbanas, de muros grises, cemento, carreteras, los murales pueden hacer las veces de oasis de colores, de urbanidad y de humanidad. En un vídeo sobre hidroARTE, el artista mexicano Jorge Tellaeche habla de esta capacidad del street art para humanizar la ciudad: «Estas obras en la ciudad […] proponen algo diferente a la contaminación visual que vivimos en esta ciudad todos los días y […] permiten crear diálogo»17. Este diálogo con y entre los vecinos fue uno de los temas centrales de la tercera edición de hidroARTE en 2015, cuando se organizó un concurso de residencia para artistas colombianos. En el dossier que tenían que rellenar para obtener una residencia artística, los candidatos tenían que formular una propuesta de socialización. Se propusieron estrategias de interacción con el público, del mero intercambio durante la realización del trabajo hasta la creación de talleres.

Note de bas de page 18 :

Mónica Cruz, «Los muralistas mexicanos que pintaron un barrio entero» [en línea]. El País, 05/06/16. [Consulta: 26-01-2024]. Disponible en <https://verne.elpais.com/verne/2016/06/04/mexico/1465019297_553358.html>.
Sin embargo, cabe resaltar que este tipo de proyecto puede ocultar una cara menos reluciente es a saber la recuperación política del
street art para tapar las desigualdades sociales con una capa de pintura.

Note de bas de page 19 :

Laura Luque Rodrigo, «Identidad e imagen de la ciudad contemporánea: los museos de arte urbano». Ge-Conservacion, 2019, n. 16.

Note de bas de page 20 :

Guillermo Pedrosa, «El arte urbano: una forma de generar identidad entre la ciudadanía» [en línea]. Aula Magna. [Consulta: 26-01-2024]. Disponible en <https://www.aulamagna.com.es/arte-urbano-investigacion-universidad-de-jaen/>.

Numerosos son los proyectos, en el mundo del street art, que privilegian esta implicación de los vecinos, como el del barrio de las Palmitas en que se involucró activamente uno de los miembros del jurado de hidroARTE, el artista mexicano Enrique Gómez Mybe: gracias a la ayuda de los habitantes, que participaron en el diseño y la realización de las obras, un grupo de artistas urbanos convirtió las casas de ese barrio desfavorecido en un inmenso mural multicolor18. Más allá de volver a crear vínculo entre esta vecindad difusa, este tipo de iniciativas refuerzan el sentimiento de pertenencia a un barrio o una ciudad. Así lo resalta Laura Luque en su artículo «Identidad e imagen de la ciudad contemporánea: los museos de arte urbano»19, al ver en el arte urbano un generador de identidad en la ciudadanía, sobre todo mediante estos aspectos de socialización: «[e]ste tipo de obras hace que las personas las sientan como suyas, las respetan, las admiran y piden más»20, afirma Luque. Podemos suponer que la votación popular organizada para escoger a los artistas premiados en cada edición de hidroARTE perseguía también el fin de que los habitantes se apropiaran estos muros y los vieran más como suyos, incrementando así su sentimiento de pertenencia a su ciudad o su barrio.

Por fin, estos encuentros inesperados y efímeros que produce el arte urbano, en la esquina de una calle, en el muro de una casa abandonada, de cierto modo reinventan de manera continua los paseos de los habitantes por su ciudad.

Como lo acabamos de ver a través de unos cuantos ejemplos, la práctica del arte urbano puede afectar los vínculos entre una ciudad y sus habitantes multiplicándolos y profundizándolos de diversos modos. En el caso preciso de hidroARTE, el street art tenía además como misión la de generar un cambio de percepción y de conducta en la ciudadanía en relación con los recursos hídricos de la capital mexicana. Nos proponemos por lo tanto, en una tercera parte, analizar de qué manera las obras producidas en el marco de este concurso son una tentativa de reconectar a los capitalinos con el agua perdida de Tenochtitlan.

Reconexión entre ciudadanos y agua

Note de bas de page 21 :

Verónica Strang citada por Javier Taks, UNESCO México, Webinar cultura del agua. Cultura del agua: ¿Y México? [vídeo]. 29/03/22. [Consulta: 26-01-2024]. Disponible en <https://www.facebook.com/watch/live/?ref=watch_permalink&v=462750212271631>.

Note de bas de page 22 :

UNAM Global, La ciudad de México podría tener una grave crisis de agua a corto plazo [vídeo]. Op. cit.

Note de bas de page 23 :

UNESCO México, Webinar cultura del agua. Cultura del agua: ¿Y México? [vídeo]. Op. cit.

Tal como lo escribe la antropóloga Verónica Strang, debido a la omnipresencia del agua en nuestras sociedades, cada paisaje cultural es también un waterscape, o paisaje de agua21 : lo son los ríos, las fuentes, pero también las partes invisibles como los canales, las tuberías, las alcantarillas, etc. Sin embargo, como ya lo mencionábamos anteriormente, en nuestras sociedades urbanas, no le damos la importancia que se merece a este paisaje de agua, el agua no es central en nuestras narrativas modernas. Una ausencia más que problemática si tomamos en cuenta que este recurso vital está escaseando en muchas zonas urbanas, como por ejemplo, en la ciudad de México que podría quedarse sin agua dentro de 15 años, según auguran algunos científicos de la UNAM22. De ahí la necesidad, para Javier Taks, de reformas estructurales pero también de la concienciación de la ciudadanía mediante la educación formal (en los sistemas educativos) como informal, a través de los museos o de actividades artísticas23. En un país como México, acostumbrado desde el movimiento muralista a que el arte mural sea vector de educación, no es de sorprender que hayan surgido iniciativas como hidroARTE para desarrollar esta nueva cultura del agua.

Note de bas de page 24 :

De hecho, se ha criticado mucho la poca eficacia de la intención pedagógica de los muralistas mexicanos cuyas obras, mayoritariamente, están situadas en el interior de edificios públicos a los que no tenían acceso los ciudadanos analfabetas a los que los artistas querían enseñar las raíces de su identidad y los valores de la revolución de 1911. Véase Marie-Pierre Ramouche, «Images de la révolution dans l’œuvre de Jorge González Camarena». Caravelle. 2011, n. º97.

Note de bas de page 25 :

Sobre el soft power de la industria cinematográfica véase por ejemplo Maíra Ouriveis, «Soft power e industria cultural: a política externa norte-americana presente no cotidiano do indivíduo» [en línea]. RARI. [Consulta: 12-0-2024]. Disponible en <https://rari.paginas.ufsc.br/files/2013/10/RARI-N.4-Vol.-II-Artigo-7.pdf>.

Más allá del ejemplo del muralismo mexicano24, mucho se ha escrito sobre el soft power que representa el arte a la hora de cambiar percepciones e imaginarios25.

Como lo escribe Peter Bengsten en su libro Street art and the environment:

Note de bas de page 26 :

Peter Bengsten, Street art and the environment. Granada: Almendros de Granada Press, 2018, p. 2. La traducción es nuestra.

[…] el arte puede ser un medio eficaz para transmitir al público los retos medioambientales. Puede influir en la gente de forma más sutil que los hechos y las proyecciones científicas de escenarios futuros, abordando de forma atractiva actitudes y estilos de vida, así como valores sociales, existenciales y éticos26.

Note de bas de page 27 :

Matthew Shneider-Mayerson et al., Empirical Ecocriticism: Environmental Narratives for Social Change. Minneapolis: University of Minnesota Press, 2023, p. 7.

Schneider-Mayerson concretiza estas afirmaciones refiriéndose a las investigaciones empíricas que se han realizado acerca de la capacidad del arte para provocar tomas de conciencia27. Con otros varios académicos, Schneider-Mayerson se dedica a la ecocrítica empírica, un campo de investigación que reúne a estudiosos de letras, arte, sociología, y psicología sobre todo, con el fin de analizar las capacidades y los límites del arte para generar cambios en los individuos frente a la crisis ecológica. En el libro Empirical Ecocriticism, los editores escriben:

Note de bas de page 28 :

Ibid. p. 6. La traducción es nuestra.

Aunque la mayoría de los estudios de casos de este libro se centran en el cambio social a nivel micro, o en los cambios de actitudes, creencias y comportamientos, éstos constituyen una base necesaria para el cambio social a nivel macro, como las transformaciones de los sistemas industriales, jurídicos y económicos. De hecho, como señalan numerosos colaboradores, los pequeños y temporales cambios generados por un solo texto cultural, hacen que podamos esperar transformaciones más significativas y duraderas de un torrente de textos, que es exactamente lo que exige el momento en que estamos28.

Que sepamos, todavía no se ha realizado ningún estudio empírico sobre el poder del arte callejero para inducir cambios de percepción y actitudes en la ciudadanía frente a problemas ecológicos. Sería muy interesante aplicar un estudio de este tipo a los murales de hidroARTE, que representa un esfuerzo por crear una nueva narrativa del agua en la ciudad de México, y generar nuevos imaginarios acerca de las relaciones entre los ciudadanos y sus recursos hídricos. Con sus 24000 m2 cubiertos por 750 murales, podemos decir que este concurso responde también a la necesidad de hacer más visible el paisaje de agua de la capital.

Los temas que tenían que desarrollar los artistas en cada edición son reveladores de la intención de los organizadores de fomentar una nueva cultura del agua en la capital mexicana. Estos temas eran los siguientes (con algunas variaciones entre una edición y otra):

  • «El cuidado, ahorro e importancia del agua en nuestra ciudad».

  • «El agua como elemento fundamental para la creación de vida».

  • «El cuidado del ambiente y su importancia en nuestra vida».

  • «Cualquier otro tema que tenga relación directa con la cultura del agua y el ambiente».

  • «El cuidado ambiental de la Cuenca del Valle de México y su importancia en nuestras vidas».

Note de bas de page 29 :

Entre los murales finalistas, tan sólo 4 evocan las características hídricas de la cuenca del valle de México y el pasado lacustre de la capital: Transformación de la memoria, Emmanuel Paredes (2015); Agua conexión natural, Óscar Manuel Carlos Espinosa (2019); El agua retoma el pasado, Ana Karen Ramírez Cabello (2019); Flora y fauna de la cuenca, Miguel Ángel Hernández Quintero (2019).

Después de mirar a través de la página web del concurso los diferentes murales finalistas en cada edición, pudimos comprobar que «El agua como elemento fundamental para la creación de vida» fue sin duda alguna el tema más tratado de todos, seguramente porque los demás ejes derivan de este primero: si el agua es fuente de la vida, es imprescindible para la ciudad, el medioambiente, y por lo tanto hay que cuidarla, ahorrarla. Agua corazón de la vida (2013), Origen (2013), El agua como un círculo infinito de vida (2014), Todos somos agua (2014), Agua esencia de vida (2014) , Yo soy la vida (2014), Sin agua no hay vida (2015), Elemento fundamental (2015), Somos agua (2016), Génesis (2016), Vida (2019), etc., son algunos títulos que ilustran la predominancia de esta temática. Diseminados por la ciudad, esos murales se convierten en leitmotiv visuales que aspiran a sensibilizar a la ciudadanía acerca de la necesidad de cuidar este bien cada vez más escaso. En cambio, «El cuidado ambiental de la Cuenca del Valle de México y su importancia en nuestras vidas» no inspiró sobremanera a los artistas. El hecho de que se añadió únicamente en la última edición del concurso, puede explicar la poca representación de la cuenca del Valle de México y del pasado lacustre de México entre las obras producidas29. Los grafiteros mexicanos no reclaman, como los científicos, una renaturalización de ciertas áreas de la ciudad. Sin embargo es posible evidenciar cierta inspiración en la concepción azteca del agua a través de dos aspectos que han llamado particularmente nuestra atención por su recurrencia: la interconexión entre todos los seres vivos y la dimensión sagrada del agua.

Note de bas de page 30 :

En Sentipensar con la Tierra, el antropólogo colombiano Arturo Escobar distingue la ontología moderna (llamada dualista o naturalista) basada en la separación radical entre naturaleza y cultura, cuerpo y mente, de las ontologías relacionales que implican una interconexión entre los diferentes seres vivos de un territorio (Arturo Escobar, Sentipensar con la Tierra. Medellín: UNAULA, 2014, p. 162).

Note de bas de page 31 :

Taxonomía. Google Arts and Culture [en línea]. [Consulta: 26-01-2024]. Disponible en <https://artsandculture.google.com/asset/taxonomy-jos%C3%A9-aar%C3%B3n-garc%C3%ADa-espadas/vwH-uuegplvZpg?hl=es&ms=%7B%22x%22%3A0.5%2C%22y%22%3A0.5%2C%22z%22%3A8.845295735496457%2C%22size%22%3A%7B%22width%22%3A2.91842203898051%2C%22height%22%3A1.2375%7D%7D>.

Note de bas de page 32 :

Murales hidroARTE 2019. hidroARTE [en línea]. [Consulta: 26-01-2024]. Disponible en <https://aplicaciones.sacmex.cdmx.gob.mx/hidroarte/>.

Note de bas de page 33 :

Nativa. Google Arts and Culture [en línea]. [Consulta: 26-01-2024]. Disponible en <https://artsandculture.google.com/asset/nativa-osmani-contreras/iwGIf1mbilkBEg?hl=es>

Note de bas de page 34 :

Mutación connatural. Google Arts and Culture [en línea]. [Consulta: 26-01-2024]. Disponible en <https://artsandculture.google.com/asset/CAEFk_yC8XkWRQ>.

Note de bas de page 35 :

De Piscis a acuario. Google Arts and Culture [en línea]. [Consulta: 26-01-2024]. Disponible en <https://artsandculture.google.com/asset/de-piscis-a-acuario/VQHQARO_Lcs2tg>.

Numerosos son en efecto los murales que ponen de realce los lazos que entretejen animales, vegetales, insectos en relación con el agua y el ser humano. Lejos de la dicotomía que se ha impuesto mayoritariamente en Occidente entre el ser humano y el resto de los seres vivos de este planeta, los grafiteros mexicanos, consciente o inconscientemente, parecen más influenciados por las ontologías relacionales30 de los pueblos mesoamericanos, en las cuales dicha barrera entre humano y no humano no existe. No se ve en estos murales al Hombre con su H mayúscula, distinto y superior al resto de los seres vivos, sino a una humanidad vinculada de manera intrínseca a su comunidad biótica. El pez-ciervo de Taxonomía (2014)31 de José Aarón García Espada o la abeja, la cucaracha, la mariquita de La importancia de los insectos (2019)32 de Cesar Itcoatl Guerrero Martínez, están aquí para recordarnos que el agua también es necesaria para otros seres vivos. Por otra parte, los podemos leer como el reflejo de la visión biocéntrica, y no solamente antropocéntrica, que anima a estos artistas. Tampoco faltan los seres híbridos, o quimeras contemporáneas, que si bien no son nada nuevos en la historia del arte, están revestidos aquí de un sentido ecológico. Destacaremos, entre varias obras, la inmensa Nativa (2015)33 de Osmani Contreras, que desdibuja la silueta azul de una mazorca de maíz de 16m de alto, con cuerpo acuático y cabeza humana, o las sirenas con caballeras de algas y peces de Mutación connatural (2015)34 de Itzel Casio y de De Piscis a acuario (2014)35 de Gonzalo Ramírez Ruiz.

Note de bas de page 36 :

Empleamos aquí la noción de reencantamiento en el sentido que le otorga Bénédicte Meillon en Ecopoetics of Reenchantment. En este libro, Meillon explica que el desencantamiento del mundo teorizado por Max Weber, es este fenómeno según el cual la racionalización del mundo occidental hizo desaparecer lo maravilloso del mundo natural, los mitos, las deidades así como otras potencias asociadas a fenómenos o entidades naturales. Ese desencantamiento llevó a los occidentales a ver a los no humanos (animales, vegetales, orgánico y no orgánico) como una inmensa materia desanimada. Se convirtieron a nuestros ojos en elementos únicamente regidos por leyes físicas y mecánicas, totalmente separados del ser humano, y al fin y al cabo, en recursos a nuestra entera disposición. Esta manera de concebir nuestra relación con los no humanos es una de las razones por las que estamos viviendo la crisis ecológica de hoy en día. De ahí la necesidad, según la autora, de reencantar estas relaciones y de volver a maravillarnos ante los elementos naturales (Bénédicite Meillon, Ecopoetics of Reenchantment. Maryland: Lexignton Books, 2023).

Note de bas de page 37 :

Murales hidroARTE 2015. hidroARTE [en línea]. [Consulta: 26-01-2024]. Disponible en <https://aplicaciones.sacmex.cdmx.gob.mx/hidroarte/arteurbano/murales?m=L2hpZHJvYXJ0ZS9hcnRldXJiYW5vL2hpZHJvQXJ0ZTIwMTUvI211cmFsZXN8MjAxNXxmaW5hbGlzdGFzfENyZWF0aXZpZGFkIGVuIGVsIG1lbnNhamV8MXwzMA>.

Note de bas de page 38 :

Ceremonia del agua. Google Arts and Culture [en línea]. [Consulta: 26-01-2024]. Disponible en <https://artsandculture.google.com/asset/ceremonia-del-agua-paulina-su%C3%A1rez-v%C3%A1zquez/wwE92TysbxnffQ?ms=%7B%22x%22%3A0.5%2C%22y%22%3A0.5%2C%22z%22%3A9.878790283590716%2C%22size%22%3A%7B%22width%22%3A1.2573193359375%2C%22height%22%3A2.2156548500061035%7D%7D>.

Note de bas de page 39 :

Murales hidroARTE 2019. hidroARTE [en línea]. [Consulta: 26-01-2024]. Disponible en <https://aplicaciones.sacmex.cdmx.gob.mx/hidroarte/arteurbano/murales?m=L2hpZHJvYXJ0ZS9hcnRldXJiYW5vL2hpZHJvQXJ0ZTIwMTkvI211cmFsZXN8MjAxOXxmaW5hbGlzdGFzfEhhYmlsaWRhZCBUw6ljbmljYXwyfDI2>.

El último aspecto que abordaremos remite de nuevo a las ontologías mesoamericanas. La dimensión sagrada del agua, más allá de apelar a la necesidad de ahorrarla, remite también directamente a las deidades mesoamericanas y en primer lugar a Tláloc, el dios azteca del agua que se adoraba en Tenochtitlán. En efecto si son pocos los artistas que rescatan la memoria lacustre de la ciudad de México, son muchísimos los que siguen “venerando” a Tláloc como lo prueba la treintena de murales que le rinden homenaje. Tláloc nos retrotrae a Tenochtitlán, y a las ontologías todavía vigentes de muchos amerindios para quienes el agua se sigue considerando como un ser viviente y una fuerza divina. Con eso no queremos dar por sentado que esos artistas se hayan convertido a las religiones amerindias. Seguramente, en su mayoría serán católicos, evangélicos, ateos (y guadalupanos todos) y el hecho de pintar a Tláloc, y otras deidades mesoamericanas, se debe más al apego de los mexicanos por sus culturas autóctonas. Otro factor que explica ese “culto” a Tláloc tiene sin duda mucho que ver con que numerosos grafiteros son fans de criaturas fantásticas y el panteón mesoamericano les sirve en bandeja de plata una multitud de seres fabulosos. Esto no impide que estas obras sean un homenaje que demuestra su admiración por esta concepción sagrada del agua. Es una forma también de reencantar36 las relaciones entre los ciudadanos y el agua de su ciudad. Algunas obras hasta parecen querer realizar una oración, un ritual. En Ritual de lluvia (2015)37, Luis Hernández retoma elementos del grafismo y de la cosmogonía maya como la danza del venado, para llamar la lluvia. Lo mismo podríamos decir de Ceremonia del agua (2013)38 en que Paulina Suárez Vázquez rinde homenaje a todas las danzas y llamados al agua realizados por los humanos desde tiempos inmemoriales. Otro caso es el de Xbalanqué Velázquez Martínez y su obra titulada Llamado de la vida (2019)39. Aquí también el artista parece inspirarse en la cultura maya, o en la de los yaquis del norte de México. En esta obra un chamán parece entrar en contacto con el espíritu del agua simbolizado por lo que podría ser un glifo maya. La gota que sale de la boca del chamán remite a la iconografía mesoamericana y significa que está hablando, o cantando, o, en este caso, invocando al agua. Vemos que la gota-palabra se transforma en chorro de agua que traspasa una especie de círculo cósmico para conectarse con el espíritu del agua. Bastante sibilina, esta obra conserva una parte de misterio susceptible de cautivar al transeúnte que pasa por delante de esta obra-ritual, en la que el agua no se ve como una materia carente de vida y ánima, sino como un elemento sagrado, fantástico, maravilloso, dotado de poderes tan mágicos como el de ser fuente de vida.

El concurso de arte urbano y cultura de agua hidroARTE es un ejemplo de cómo el street art puede contribuir a reinventar las relaciones entre los ciudadanos y su ciudad, embelleciéndola, dándole una identidad única, incrementando en los habitantes el sentimiento de pertenencia a dicha ciudad, creando diálogos e intercambios más humanos entre ellos y ella. También, por su dimensión claramente ecológica, ese concurso nos permitió insistir en la impronta que pueden dejar las artes sobre los imaginarios colectivos e individuales. Así lo entendieron los organizadores de hidroArte que buscaron mediante este concurso generar una nueva cultura del agua en la ciudad de México para que los habitantes adoptaran conductas más responsables frente a la cada vez mayor escasez de este recurso vital en la capital. Sin embargo, se puede lamentar que las autoridades no lleven a cabo las grandes reformas hidrológicas necesarias para completar dicha concienciación ciudadana y utilicen el arte como escaparate para ocultar su inacción.

Más allá de esta operación de greenwashing, los 750 murales de hidroArte están aquí, recordando a los transeúntes que el agua tiene un valor inestimable y sagrado, en el sentido más fuerte de la palabra. En efecto, alejándose del antropocentrismo y racionalismo occidental, muchas de esas obras parecen mucho más afines a las ontologías relacionales de los pueblos mesoamericanos que siguen considerando al agua como un ser viviente, una deidad a la que el ser humano y los otros seres vivos de este planeta están íntimamente conectados.