Nota Note

Dominique Gay-Sylvestre 

Texto completo

Dedicatoria
A las madres del colectivo de Colombia, Yo sí Te Creo 
por su incansable lucha para salvar
no solo a sus hijos e hijas,
sino a los de todas las demás. L.C.G. a ustedes.

 

Me gustaría recalcar particularmente el papel relevante de la periodista colombiana Alexandra Correa Solarte, pionera en su país en la lucha contra los abusos causados por la violación de los derechos humanos en contra de las madres protectoras y de los niños y niñas, por el uso improcedente de la teoría de la supuesta alienación parental, su valentía, compromiso y empeño.

Este número, especial, lo es más aún por el valor inquebrantable de los autores (periodista, jueces, abogados, médicos, psiquiatras, académicos) que participan en él y por la lucha incansable que llevan en pro del derecho superior de los niños y de las niñas y de las madres, en sus áreas de especialidad respectivas. No se trata, aquí, de enfrentar a las mujeres y a los hombres sino mostrar objetivamente los estragos causados por el SAP; se trata solo de justicia, de dignidad, de reivindicar lo que es justo y de derechos; derechos que se violan a partir de una pesudo ciencia y de teorías no científicas.

La sociedad en su conjunto ha de enterarse y, a través de las narraciones, dolorosas muchas veces, replantearse una nueva relación, equitativa, entre hombres y mujeres donde prevalezca el entendimiento, una convivencia respetuosa y armoniosa por el bien de todos y hasta de uno, pues no habrá espacio para remordimientos futuros una vez dictadas las sanciones.

Es la labor de todos, hombres y mujeres, cualquier que sea el lugar que ocupan al nivel social y familiar. Pero, este cambio, no solo hay que desearlo sino propiciarlo porque nada más gratificante que poder cumplirlo y así enfrentar la vida con nobleza y mayor autoestima.

Si el siglo XXI está inmerso en los conflictos y violencias, es el deber nuestro actuar en contra de ellos pues solo así viviremos en un mundo mejor. No es utopía sino una voluntad común de luchar y actuar en contra de ellos y en pro de los derechos, sobre todo cuando los que sufren son de lo más vulnerables.

Bien lo saben los autores de este número especial que nos alertan sobre lo que no se puede aceptar ni tolerar.