Ibarra Aragón, R. M. (2023). Verdades que duelen. Durango, México: Editorial Aragón

Dominique Gay-Sylvestre 

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Una portada en blanco y negro en la que una niña y una mujer cogidas de la mano, caminan solas y, al parecer, desprotegidas, hacia un edificio tétrico que parece ser la vivienda de un monstruo, en medio de un paisaje desolador y rodeadas por unos abetos hostiles, da el tono de lo que descubrirá pronto el lector al sumirse en las páginas de la duranguesa Rosa María Ibarra Aragón. No lo sabe aún, pero él va a ser atrapado en un mundo de violencias sin nombre, de abandonos miserables, de situaciones escalofriantes. Estas Verdades que duelen1 cumplen con lo que prometen y, por mucho que anuncie la autora que “Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia”, siente muy bien el lector que la ficción supuestamente deseada solo está hecha para ocultar verdades que acompañaron y siguen acompañando a los personajes de la “novela”.

La “enorme construcción de piedras y ventanas grandísimas” es un internado que cumple el papel de protagonista y narrador en la obra de Rosa María Ibarra Aragón. Construido a principios del siglo XIX, en Durango, sombra tutelar de cientos de niños y niñas entregados indefensos, a muy corta edad, por sus madres y sus padres al mundo despiadado de “las seños”, los “prefectos” y de los “niños/as sargentos” es, al mismo tiempo, un observador impotente de lo que padecen. El protagonismo lo comparten también, Rosy - probablemente la niña de la portada - abandonada, al igual que varios ex internos que aceptan confiarle, ya adultos, los recuerdos de sus años de primaria pasados entre sus muros, que rescatan y recrean la memoria de un tiempo pasado, doloroso, marcado por hogares violentos, abusos de todo tipo, hambre, privaciones, soledad, dolores y un supuesto refugio en el que lo que se aprende, se hace a costa de humillaciones, atropellos e injusticias sumas. Pintura de dos mundos, el del internado y el de afuera, deshumanizados, en los que niños y niñas buscan desesperadamente el amor del hogar, de la madre o del padre, el cariño, la atención, cuando son eternamente rechazados, ignorados, golpeados, castigados.

Niños y niñas traumatizados, frágiles que quedaron marcados de por vida por lo que tuvieron que aguantar. ¿Ficción o realidad?, solo lo sabe a ciencia cierta Rosa María Ibarra Aragón. Pero los detalles expuestos no engañan y las palabras escritas o transcritas, aunque dolorosas, son un bálsamo necesario, un desahogo liberador que permite enfrentar un pasado que no ha dejado de perseguir a los que lo sufrieron. Estas Verdades que duelen son terribles aún, pero plasmarlas tal como lo hace la autora, sin rebeldía, amargura o ira hacen que el lector, mentalmente, sienta, muy conmovido los sufrimientos de todos los niños.

En fin, una obra valiosa, en la que las confidencias narradas con delicadeza, destreza y cariño por parte de la autora permiten augurar que iniciaron un proceso de recuperación por parte de los y las que confiaron en ella.

Notes

1 Ibarra Aragón, Rosa Maria (2023). Verdades que duelen. Durango, México: Editorial Aragón, 246 p.

Autor(a)
Dominique Gay-Sylvestre
Catedrática emérita en civilización hispanoamericana, Universidad de Limoges (Francia). Presidenta de la Red Internacional América latina África Europa el Caribe - ALEC - (https://www.unilim.fr/alec/) y de la Organización Internacional para el Fomento de una Cultura de Paz - OCUPA Internacional (www.ocupainternacional.org).
Artículos del autor publicado en Trayectorias Humanas Trascontinentales
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